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lunes, 18 de marzo de 2024

Elena Garro: Los recuerdos sin porvenir, de Laura Ramos



La última editora de Elena Garro escribe su experiencia con la autora de Los recuerdos del porvenir. Para conocer su obra inédita y revisar los manuscritos, fue invitada a entrar al pequeño infierno personal de la novelista. Transcribe todo lo que ella cuenta, sus tormentos, remordimientos y rencores. En su rosario de maldiciones va surgiendo el nombre de su familia y de Octavio Paz, en quien deposita las peores traiciones e intrigas. Voy leyendo todo, pero nada me sorprende, no le creo nada a este personaje que se consume en las llamas de su pensamiento, por más que la considere genial. Aun cuando su conversación sea también hipnótica. ¿Qué, de todo lo que leo, dijo en realidad? Me gustan sus imágenes: se consideraba una Coatlicue a la que enterraron y resurgió de las entrañas de la tierra, descuartizada y fatal. Los monólogos de su condenación quizá serían escalofriantes y tendrían buena taquilla, pero nadie se acercó lo suficiente a tomar notas… Coatlicue desmembrada por el escenario, rodeada de gatos, cigarros y Coca Cola, mientras declama su verdad; el auricular del teléfono en una de sus manos mutiladas, esperando cualquier voz, en especial la del poeta. Demasiado destino amontonado como para que la crítica sea benévola. Las fotografías y los manuscritos son guardados en bolsas de basura por la escritora y su hija. ¿Dónde se encuentra hoy todo ese material? Tampoco me interesa, es mejor alejar la vista de toda esa desesperación, de su familia, de los académicos que la acosan y de quienes pretendían saquearla. La cocción del pensamiento es una receta interesante, se prepara una reducción de ideas y se sirve sobre el mundo en general para destruirlo, para concentrar los odios y dejar de ver la complejidad de la vida. El extenso monólogo vital de Elena Garro sirvió para minar su propia voz, contradiciéndose y victimizándose. Pero hay que hacer un corte metodológico, porque el delirio de su mente, en cierto punto se convierte en una de las voces más poderosas de la literatura. No le ayuda nada este libro ni sus editores. Hay erratas en cada página, listas sin sentido y ese exquisito delirio de la reacción mexicana que parece heredado de esta escritora: culpar hasta del cambio del color del mar al presidente López Obrador, tal como ocurre en la página 177 en que la autora se une al desplegado de la “deriva autoritaria” firmado por intelectuales de la derecha. El desvarío de la novelista homenajeada se torna contagioso, no hay forma de cercarlo. No me considero conocedor de la obra de Elena Garro, tampoco de su amante, Adolfo Bioy Casares. Pero soy dado a buscar pistas en las obras literarias. Incluso en éste, con mayor detenimiento, podrían encontrarse puertas que lleven a sitios llenos de interés. Por ejemplo, cuando Elena habla del libro El sueño de los héroes (1954), novela en que Bioy aparentemente escribió su historia con ella. Es que no hay forma de cercar sus numerosas fantasías encadenadas. Hay que comparar monólogos, novelas. Tal vez así se pueda acercar a alguna verdad, por lejana que se vea. Tal vez.

 

Laura Ramos. Elena Garro: Los recuerdos sin porvenir. México, Aguilar, 2023.

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