Otras entradas

sábado, 16 de octubre de 2010

"Dieciséis de septiembre", de Andrés Quintana Roo (edición de Pável Granados)




Ite, ait, egregias animas, quae sanguine nobis
hanc patriam peperere suo, decorate supremis
muneribus…
Virgilio, Eneida (XI, 24-26)

Id –dice–; a las egregias almas, que con su sangre a nosotros
nos han parido esta patria, decorad con supremos
regalos…
Versión de Rubén Bonifaz Nuño


I

Renueva, oh musa, el victorioso aliento,
con que fiel de la patria al amor santo,
el fin glorioso de su acerbo llanto
audaz predije en inspirado acento:
cuando más orgulloso
y con mentidos triunfos más ufano,
el ibero sañoso
tanto ¡ay! en la opresión cargó la mano,
que al Anáhuac vencido
contó por siempre a su coyunda uncido.


II

“Al miserable esclavo (cruel decía)
que independencia ciega apellidando,
de rebelión el pabellón nefando
alzó una vez en algazara impía,
de nuevo en las cadenas,
con más rigor a su cerviz atadas,
aumentemos las penas,
que a su última progenie prolongadas,
en digno cautiverio
por siglos aseguren nuestro imperio."


III

“¿Qué sirvió en los Dolores vil cortijo,
que el aleve pastor el grito diera
de libertad, que dócil repitiera
la insana chusma con afán prolijo?
Su valor inexperto,
de sacrílega audacia estimulado,
a nuestra vista yerto
en el campo quedó y escarmentado;
su criminal caudillo
rindió ya el cuello al vengador cuchillo.”


IV

“Cual al romper las pléyades lluviosas
el seno de las nubes encendidas,
del mar las olas antes adormidas
súbito el Austro altera tempestosas;
de la caterva osada
así los restos nuestra voz espanta,
que resuena indignada
y recuerda, si altiva se levanta,
el respeto profundo
que inspiró de Vespucio al rico mundo.”


V

“¡Ay del que hoy más los sediciosos labios,
de libertad al nombre lisonjero,
abriese, pretextando novelero
mentidos males, fútiles agravios!
Del cadalso oprobioso
veloz descenderá a la tumba fría,
y ejemplar provechoso
al rebelde será, que en su porfía
desconociere el yugo
que al invicto español echarle plugo.”


VI

Así los hijos de Vandalia ruda
fieros clamaron cuando el héroe augusto
cedió de la fortuna al golpe injusto;
y el brazo fuerte que la empresa escuda,
faltando a sus campeones,
del terror y la muerte precedidos,
feroces escuadrones
talan impunes campos florecidos,
y al desierto sombrío
consagran de la paz el nombre pío.


VII

No será empero que el benigno cielo,
cómplice fácil de opresión sangrienta,
niegue a la patria en tan crüel tormenta
una tierna mirada de consuelo.
Ante el trono clemente
sin cesar sube el encendido ruego,
el quejido doliente
de aquel prelado, que inflamado en fuego
de caridad divina
la América indefensa patrocina:


VIII

“Padre amoroso, dice, que a tu hechura,
como el don más sublime concediste,
la noble libertad con que quisiste
de tu gloria ensalzarla hasta la altura,
¿no ves a un orbe entero
gemir, privado de excelencia tanta,
bajo el dominio fiero
del execrable pueblo que decanta,
asesinando al hombre,
dar honor a tu excelso y dulce nombre?”


IX

“¡Cuánto ¡ay! en su maldad ya se gozara
cuando por permisión inescrutable
de tan justo decreto y adorable,
de sangre en la conquista se bañara,
sacrílego arbolando
la enseña de tu cruz en burla impía,
cuando más profanando
su religión con negra hipocresía,
para gloria del cielo
cubrió de excesos el indiano suelo!”


X

“De entonces su poder ¡cómo ha pesado
sobre el inerme pueblo! ¡Qué de horrores,
creciendo siempre en crímenes mayores,
el primero a tu vista han aumentado!
La astucia seductora
en auxilio han unido a su violencia:
moral corrompedora
predican con su bárbara insolencia,
y por divinas leyes
proclaman los caprichos de sus reyes.”


XI

“Allí se ve con asombroso espanto
cual traición castigado el patriotismo
en delito erigido el heroísmo
que al hombre eleva y engrandece tanto.
¿Qué más? En duda horrenda
se consulta el oráculo sagrado
por saber si la prenda
de la razón al indio se ha otorgado,
y, mientras Roma calla,
entre las bestias confundido se halla.”


XII

“¿Y qué, cuando llegado se creía
de redención el suspirado instante,
permites, justo Dios, que ufana cante
nuevos triunfos la odiosa tiranía?
El adalid primero,
el generoso Hidalgo ha perecido:
el término postrero
ver no le fue de la obra concedido;
mas otros campeones
suscita que rediman las naciones.”


XIII

Dijo, y Morelos siente enardecido
el noble pecho en belicoso aliento;
la victoria en su enseña toma asiento
y su ejemplo de mil se ve seguido.
La sangre difundida
de los héroes su número recrece,
como tal vez herida
de la segur, la encina reverdece,
y más vigor recibe,
y con más pompa y más verdor revive.


XIV

Mas ¿quién de la alabanza el premio digno
con títulos supremos arrebata,
y el laurel más glorioso a su sien ata,
guerrero invicto, vencedor benigno?
El que en Iguala dijo:
“¡Libre la patria sea!”, y fuelo luego
que el estrago prolijo
atajó, y de la guerra el voraz fuego,
y con dulce clemencia
en el trono asentó la Independencia.


XV

¡Himnos sin fin a su indeleble gloria!
Honor eterno a los varones claros
que el camino supieron prepararos,
¡Oh Iturbide inmortal! a la victoria.
Sus nombres antes fueron
cubiertos de luz pura, esplendorosa;
mas nuestros ojos vieron
brillar el tuyo como en noche hermosa
entre las estrellas sin cuento
a la luna en el alto firmamento.


XVI

¡Sombras ilustres, que con cruento riego
de libertad la planta fecundasteis,
y sus frutos dulcísimos legasteis
al suelo patrio, ardiente en sacro fuego!
Recibid hoy, benignas,
de su fiel gratitud prendas sinceras
en alabanzas dignas,
más que el mármol y el bronce duraderas,
con que vuestra memoria
coloca en el alcázar de la gloria.


Prosificación




I

Oh musa, renueva el aliento victorioso con el que predije audazmente –fiel al santo amor de la patria y con inspirada entonación– el glorioso fin de su cruel llanto: cuando el español rencoroso se encontraba más orgulloso y más ufano de sus falsos triunfos cargó la mano en la opresión y creía que el Anáhuac derrotado estaría siempre uncido a su coyunda.


II

El español decía cruelmente: “Aumentemos las penas al esclavo miserable que alzó una vez la bandera nefanda de la rebelión, con irreligioso griterío, convocando a una independencia ciega y que nuevamente tiene atadas sus cadenas a la cerviz; aumentemos estas penas para que, prolongadas hasta el último de sus descendientes, en un merecido cautiverio, aseguren nuestro imperio.”


III

“¿De qué sirvió que el sacerdote traidor diera en el vil pueblo de Dolores aquel grito de libertad que la insana chusma repitiera dócilmente con afán impertinente? Su inexperto valor, estimulado por una audacia sacrílega, quedó rígido y escarmentado en el campo, ante nosotros; su criminal caudillo ya ha sido decapitado por el cuchillo vengador.”


IV

“Como las Pléyades que anuncian la lluvia y se dejan ver con su claridad entre las nubes intensamente rojas, y súbitamente el viento del sur vuelve tempestuosas las olas del mar, antes dormidas; así, nuestra voz, que resuena indignada, espanta los restos de la multitud osada; y al levantarse altivamente, hace recordar el profundo respeto que inspiró en América.”


V

“¡Ay del que abriese hoy los labios sediciosos al nombre adulador de libertad, pretextando mentirosamente ofensas sin importancia. Descenderá del cadalso deshonroso a la tumba fría, y servirá como ejemplo al rebelde que, en su obstinación, desconociera el yugo que el invicto español tuvo a bien echarle.”


VI

Así clamaron los fieros españoles cuando Hidalgo cedió al injusto golpe de la fortuna; y los escuadrones feroces [con] el brazo fuerte que defiende su empresa, faltando a sus propios héroes que han sido precedidos por el terror y la muerte, talan impunemente los campos floridos, y envían al tétrico desierto el nombre benigno de la paz.


VII

Sin embargo, no ocurrirá que el cielo benigno –que fuera un cómplice manipulado por la sangrienta opresión de los españoles–, niegue a la patria en tormenta tan cruel una tierna mirada de consuelo. Sin cesar, ante el trono clemente sube el encendido ruego, el quejido doliente de Morelos, que, inflamado en el fuego de la caridad divina protege a la América indefensa.


VIII

Dice: “Padre amoroso, que concediste una noble libertad –hecha a tu imagen, como el don más sublime– con la que quisiste llevar a América hasta la altura de tu gloria, ¿no ves a un mundo entero gemir, privado de tanta bondad, bajo el fiero dominio del condenable pueblo español que, asesinando seres humanos, se desvió de dar honor a tu elevado y dulce nombre?”


IX

“¡Cuánto se gozaba ya el pueblo español en su maldad, cuando por el inescrutable permiso de un decreto justo y adorable, se bañó de sangre en la Conquista, enarbolando sacrílegamente la bandera de tu cruz como una burla contraria a la religión; cuando más profanaba su religión con negra hipocresía, para gloria del cielo cubrió de excesos el suelo americano!”


X

“Desde entonces ¡cómo ha pesado su poder sobre el inerme pueblo! ¡Cuántos horrores siempre convirtiéndose en crímenes mayores, a tu vista han aumentado el primero de ellos! A su violencia han unido la astucia seductora: con su bárbara insolencia predican una moral corruptora, y proclaman como leyes divinas los caprichos de sus reyes.”


XI

“Allí se ve con asombroso espanto el patriotismo castigado cual traición; el heroísmo que tanto eleva y engrandece al hombre, erigido en delito. ¿Qué más? En duda horrenda se consulta el oráculo sagrado por saber si la prenda de la razón al indio se ha otorgado, y, mientras Roma calla, entre las bestias confundido se halla.”


XII

“¿Y por qué, cuando se creía que había llegado el suspirado instante de la redención, permites, justo Dios, que la odiosa tiranía cante ufana nuevos triunfos? Ha perecido el primer adalid, el generoso Hidalgo: no le fue concedido ver la consumación de su obra; mas suscita con su muerte que otros campeones rediman las naciones.”


XIII

Dijo Morelos, para luego sentir enardecido su noble pecho por un bélico aliento; la victoria se posa en su estandarte y su ejemplo se ve seguido de otros mil. Aumenta en número la sangre esparcida de los héroes, del la misma manera que la encina reverdece y recibe más vigor luego de ser herida por la hoz, y luego revive con más suntuosidad y más verdor.


XIV

Mas ¿quién –guerrero invicto y vencedor benigno–, arrebata con títulos supremos el premio digno de la alabanza?, ¿y quién ata a su sien el laurel más glorioso? Iturbide, quien dijo en Iguala: “¡Que la patria sea libre!”; y lo fue tan pronto interrumpió el dilatado estrago y el voraz fuego de la guerra, y con dulce clemencia asentó la Independencia en el trono.


XV

¡Himnos sin fin a su gloria indeleble! Honor eterno a los ilustres varones que el camino te supieron preparar hacia la victoria, ¡Oh inmortal Iturbide! Sus nombres antes fueron cubiertos de una luz pura y esplendorosa; pero nuestros ojos vieron brillar tu nombre como en la noche hermosa, entre las estrellas innumerables, ante la luna, en el alto firmamento.


XVI

¡Sombras ilustres, que fecundasteis la planta de la libertad con un riego sangriento, y legasteis sus dulcísimos frutos al suelo patrio, ardiente en fuego sagrado! Recibid hoy, benignas, las prendas sinceras de su fiel gratitud en alabanzas dignas, más duraderas que el mármol y el bronce, las cuales colocan vuestra memoria en el alcázar de la gloria.


Notas




I

–acerbo: cruel, riguroso, desapacible.
–coyunda: correa fuerte y ancha, o soga de cáñamo, con que se uncen los bueyes. / uncir: atar o sujetar al yugo bueyes, mulas u otras bestias.


II

–apellidar: llamar a las armas, convocar a guerra.
–pabellón: bandera nacional.
–algazara: griterío. / impío: contrario a la religión.
–cerviz: parte dorsal del cuello.


III

–cortijo: finca rústica –diminutivo de “corte”.
–aleve: traidor; el aleve pastor es Miguel Hidalgo.
–prolijo: impertinente.
–yerto: tieso.


IV

–romper: dicho de un astro o de la luz, vencer con su claridad, descubriéndose a la vista. Pléyades: grupo formado por ocho estrellas. Tradicionalmente, anuncian la temporada de lluvias, de ahí el adjetivo usado por Quintana Roo.
–encendido: de color rojo muy subido.
–Austro: viento del sur; es un viento cálido que anuncia la estación de lluvias. Otras ediciones: tempestuosas. Así utiliza esta palabra, por ejemplo, Juan Meléndez Valdés en su poema “La caída de Luzbel”: “semejante a un nublado tempestoso” (1784).
–caterva: multitud de poca importancia.
–Vespucio: Américo Vespucio (1454-1512), navegante italiano. Se le considera el primer europeo que comprendió que la tierra descubierta por Cristóbal Colón era un nuevo continente. de Vespucio al rico mundo: en América.


V

–sedición: alzamiento violento, no tan grave como la rebelión. // sediciosos labios: las personas que apoyan la sedición
–lisonjero: adulador.
–novelero: mentiroso.
–fútiles: de poca importancia.
–cadalso: tablado que se levanta para ejecutar la pena de muerte.
–porfía: obstinación.
–plugo: agradó.


VI

–Vandalia: Andalucía. Antiguamente se pensaba que Andalucía provenía de la palabra Vandalia por haber conquistado el sur de España durante el siglo V. Por extensión, los españoles.
–héroe augusto: sinalefa; se pronuncian cuatro sílabas: hé-roeau-gús-to
–campeones: sinéresis.


VII

–patrocinar: proteger.


VIII

–ensalzarla: alabar a América.
–decantar: desviarse.


IX

–permisión: permiso. inescrutable: que no se puede saber ni averiguar.
–decreto: dictamen, parecer. Tal vez sea una referencia irónica al Requerimiento (1513) escrito por el jurista Juan López de Palacios Rubios (1450-1524), el cual era un documento que se leía en español a los indígenas americanos. Este texto anunciaba el mandato divino que autorizaba a la Corona española a someter a los pueblos indígenas que se negaran a ser evangelizados. También puede ser una referencia a las Leyes de Burgos (1512), las primeras que dictó la Corona para justificar la Conquista de América. Estas Leyes, que pretendían proteger a los indios de la esclavitud, tenían como fin esencial justificar la conquista como un medio para la evangelización. Desde el principio fueron cuestionadas por irreales y limitadas por autores como fray Bartolomé de las Casas.
–sacrilegio: lesión de cosa sagrada. arbolar: levantar banderas, poner los árboles a una embarcación, poblar de árboles, arrimar derecho un objeto alto a otra cosa, elevarse mucho las olas del mar, encabritarse un caballo.
–enseña: insignia o estandarte. impío: contrario a la religión.
–profanar: deshonrar.


X

–inerme: que está sin armas.


XII

–adalid: caudillo militar.


XIII

–recrecer: aumentar.
–segur: hacha grande para cortar, hoz.
–pompa: acompañamiento suntuoso.


XIV

–El que en Iguala dijo: Iturbide firmó el Plan de Iguala el 24 de febrero de 1824, el cual unía a conservadores y liberales en torno a la Independencia de la Nueva España. Se formó el Ejército Trigarante, comandado por Iturbide, para garantizar el Plan.
–prolijo: dilatado, pesado, molesto.
–atajar: interrumpir alguna acción o proceso.


XV

–claro: ilustre, insigne.


XVI

–cruento: sangriento.
–alcázar: casa real.