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domingo, 23 de abril de 2023

Las tribulaciones del estudiante Törless, de Robert Musil

 

 

Las tribulaciones a que se refiere el título de esta novela son las que padece el joven alumno de un internado ubicado en algún lugar de la imperial y real monarquía astro-húngara. Se llama Törless, pero no sabemos su nombre de pila. Dado que las tribulaciones son padecimientos interiores de carácter moral, a lo largo del libro se le presenta exteriormente como un muchacho impasible, educado para separar la razón de las emociones, como se acostumbra en este tipo de instituciones. No me di cuenta, mientras avanzaba en la lectura, que la historia se narra indistintamente en primera y en tercera personas, lo que le permite al autor mostrar con exactitud lo que ocurre en la realidad y al mismo tiempo lo que pasa en el interior del protagonista. El hecho central de la novela tiene que ver con Basini, uno de los compañeros de clases, que es sorprendido mientras roba dinero. Aterrado, se arrodilla ante Törless y suplica clemencia, no era más que un préstamo… Así que, sin que nadie se lo pidiera, se ofrece como un esclavo ante él y otros dos compañeros que también están enterados del robo. Recordamos, de esos años del colegio, la mirada codiciosa de nuestros compañeros que eran de pronto propietarios de un secreto y la capacidad de crueldad que nacía con un poder repentino sobre otro. Törless se sorprende con lo que siente, es una especie de efervescencia. El poder absoluto sobre el otro es como si alguien hubiera arrojado un alka-seltzer en el lago tranquilo del espíritu. Para Törless, esa entrega despertó algo nuevo, una sensación se incubaba en él, aquella que avisa que se sentirá una pasión incontrolable por otra persona. En las noches del internado, a un lado suyo se encuentra el cuerpo inerme de Basini, el cual no ofrecerá ninguna resistencia para dejarse poseer. Es un cuerpo joven, todavía indeferenciado para ser masculino o femenino, es sólo un objeto misterioso que hace sufrir con su belleza. En el caso de otro de los compañeros, Beineberg, él se fascina con la existencia de Basini, es una espléndida oportunidad para el conocimiento. Tener un alma bajo el dominio de uno puede servir para los avances de la ciencia. Se le puede llevar al límite. Entre las dudas académicas que el joven Törless tiene se encuentra la existencia de los números irracionales, es decir aquellos que no pueden resultar de la división entre dos enteros. Números que representan un infinito dentro del infinito de los números reales. Hay una laguna en nuestra comprensión del mundo, pero más allá de esa laguna el mundo vuelve a surgir. Es necesario aceptarlo. De la misma manera, el espíritu puede tener esas lagunas detrás de las cuales volvemos a nacer. Puede ser el sueño, el desmayo… o el terror. Beineberg hace que Basini se desnude, que camine en medio de la noche, sobre una viga superior, mientras lo apunta con una pistola. La teoría dice que el cuerpo olvida al espíritu mientras camina aterrado. Por alguna razón, el alma vuelve en sí. Por otra parte, el artista, al escarbar en la oscuridad del espíritu, vislumbra una forma nueva de maldad. Como escribe J.M. Coetzee sobre Robert Musil (1880-1942): “es el artista que visita las orillas más distantes de la experiencia y vuelve con un informe”.

 

Robert Musil. Las tribulaciones del estudiante Törless / Die Verwirrungen des Zöglings Törleß (1906), tr. Roberto Bixio y Feliu Formosa. Barcelona, Seix Barral, 1969.

 

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