Hay libros para estudiar el Modernismo que
sorprendentemente han sido olvidados por los críticos. Uno de ellos es el que
Pedro Henríquez Ureña dedicó a los estudios métricos. Ignoro por qué ni Octavio
Paz, José Emilio Pacheco o Carlos Monsiváis se refieren a él, cuando revela
gran parte de los secretos históricos que formaron al Modernismo. Pero no los
revelaré tampoco. El tema aquí es otro olvidado, el profesor Arqueles Vela
(1899-1977), miembro del grupo de los estridentistas, quien dedicó un libro a
explicar las ideas de esta corriente poética. A diferencia de los estudios más
actuales, que tienden al orden y a la brevedad de nombres, este libro parece
más bien un fólder lleno de tarjetas desorganizadas, con nombres de toda
América y de España que no son familiares ni a los estudiosos de ese periodo.
Quién sabe si daba sus clases de secundaria auxiliado con estos apuntes,
¡espero que no! La suya es una interpretación básicamente centrada en
relacionar la poesía con los fenómenos del capitalismo en decadencia. Por lo
que podríamos pensar que se trata de un libro de sociología muy básica. Tal
vez, pero desde el punto de vista de la comprensión de la poesía, es muy
distinto, pues Arqueles Vela era un lector de amplios intereses. Dije que
menciona nombres poco recordados. Eso lo hace desde el inicio, al dedicar el
libro a Gregorio López y Fuentes, Rodrigo Torres Hernández y Francisco González
Guerrero. En su juventud, estos tres poetas publicaron una revista, Nosotros (1912-1914), gracias a Rafael
López, el poeta del Ateneo, que había sido su maestro en la Normal Superior.
Quizá, Vela, que era profesor de la Normal, recordaba a estos antepasados que
pretendieron continuar el Modernismo. Pretendieron, porque uno se fue luchar
pelear contra los estadounidenses que invadieron Veracruz, otro murió peleando
por Zapata, y el último prefirió dedicarse a la edición. Escribí Rafael López…
el poeta que desairó a la Academia de la Lengua en los años veinte, y que fue
el ídolo de los estridentistas. A lo mejor, Arqueles Vela se sentía un poco el
heredero de esa forma de la poesía, una subtrama que no floreció. Pero es
extraño… no menciona a López (y no menciona a casi ninguno de los que
consideramos los grandes modernistas). Hay otras subtramas, por ejemplo, la
lírica femenina (el libro contiene un capítulo completo con numerosos ejemplos
de poetisas hispanoamericanas), aunque concebida como poesía en que las mujeres deben vivir dentro del amor. De ahí que no sea de su agrado la poesía de Gabriela
Mistral, que nunca vivió dentro de esos arrebatos, y por eso habla del
“equívoco virotismo de su verso”. Virotismo, que significa “presunción”,
proviene de virote, “hombre erguido”,
lo que quiere decir que no le gustan esos elementos que considera masculinos en
voz de una mujer. Por la misma razón, no le gustan los toques más bien
femeninos de la poesía de Porfirio Barba Jacob. Aunque, en última instancia, lo
decisivo es la forma, la cual nos transporta “al concepto intenso de la vida”.
Debiera ser importante no dejar a Arqueles Vela como un cuerpo extraño
gravitando alrededor del Modernismo. Hay que morderlo y tragarlo y digerirlo
para que se asimile a las ideas que tratamos de construir en torno a esta
corriente… aunque lo exprese yo en una desafortunada imagen poco modernista.
Arqueles
Vela. Teoría literaria del Modernismo. Su
filosofía – Su estética – Su técnica. México, Botas, 1949.
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