domingo, 26 de junio de 2016

Teoría literaria del Modernismo, de Arqueles Vela

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Hay libros para estudiar el Modernismo que sorprendentemente han sido olvidados por los críticos. Uno de ellos es el que Pedro Henríquez Ureña dedicó a los estudios métricos. Ignoro por qué ni Octavio Paz, José Emilio Pacheco o Carlos Monsiváis se refieren a él, cuando revela gran parte de los secretos históricos que formaron al Modernismo. Pero no los revelaré tampoco. El tema aquí es otro olvidado, el profesor Arqueles Vela (1899-1977), miembro del grupo de los estridentistas, quien dedicó un libro a explicar las ideas de esta corriente poética. A diferencia de los estudios más actuales, que tienden al orden y a la brevedad de nombres, este libro parece más bien un fólder lleno de tarjetas desorganizadas, con nombres de toda América y de España que no son familiares ni a los estudiosos de ese periodo. Quién sabe si daba sus clases de secundaria auxiliado con estos apuntes, ¡espero que no! La suya es una interpretación básicamente centrada en relacionar la poesía con los fenómenos del capitalismo en decadencia. Por lo que podríamos pensar que se trata de un libro de sociología muy básica. Tal vez, pero desde el punto de vista de la comprensión de la poesía, es muy distinto, pues Arqueles Vela era un lector de amplios intereses. Dije que menciona nombres poco recordados. Eso lo hace desde el inicio, al dedicar el libro a Gregorio López y Fuentes, Rodrigo Torres Hernández y Francisco González Guerrero. En su juventud, estos tres poetas publicaron una revista, Nosotros (1912-1914), gracias a Rafael López, el poeta del Ateneo, que había sido su maestro en la Normal Superior. Quizá, Vela, que era profesor de la Normal, recordaba a estos antepasados que pretendieron continuar el Modernismo. Pretendieron, porque uno se fue luchar pelear contra los estadounidenses que invadieron Veracruz, otro murió peleando por Zapata, y el último prefirió dedicarse a la edición. Escribí Rafael López… el poeta que desairó a la Academia de la Lengua en los años veinte, y que fue el ídolo de los estridentistas. A lo mejor, Arqueles Vela se sentía un poco el heredero de esa forma de la poesía, una subtrama que no floreció. Pero es extraño… no menciona a López (y no menciona a casi ninguno de los que consideramos los grandes modernistas). Hay otras subtramas, por ejemplo, la lírica femenina (el libro contiene un capítulo completo con numerosos ejemplos de poetisas hispanoamericanas), aunque concebida como poesía en que las mujeres deben vivir dentro del amor. De ahí que no sea de su agrado la poesía de Gabriela Mistral, que nunca vivió dentro de esos arrebatos, y por eso habla del “equívoco virotismo de su verso”. Virotismo, que significa “presunción”, proviene de virote, “hombre erguido”, lo que quiere decir que no le gustan esos elementos que considera masculinos en voz de una mujer. Por la misma razón, no le gustan los toques más bien femeninos de la poesía de Porfirio Barba Jacob. Aunque, en última instancia, lo decisivo es la forma, la cual nos transporta “al concepto intenso de la vida”. Debiera ser importante no dejar a Arqueles Vela como un cuerpo extraño gravitando alrededor del Modernismo. Hay que morderlo y tragarlo y digerirlo para que se asimile a las ideas que tratamos de construir en torno a esta corriente… aunque lo exprese yo en una desafortunada imagen poco modernista.

Arqueles Vela. Teoría literaria del Modernismo. Su filosofía – Su estética – Su técnica. México, Botas, 1949.

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