viernes, 12 de julio de 2024

Loops 1. Una historia de la música electrónica, de Javier Blánquez y Omar León (eds.)



La música electrónica es música de máquinas, la que se hace con instrumentos eléctricos. Poco más que esto podría decir con seguridad. Eso se debe a que la propia definición de “música electrónica” conlleva un rodeo histórico. En prácticamente toda la música grabada de hoy intervienen aparatos eléctricos, desde su ejecución y pasando por todos los procesos de su producción. Sin embargo, hay que recordar que la música en sus orígenes es la producción de un sonido a través de medios físicos. En los años 40 surgió el término de música concreta para referirse a aquella que podía ser fijada en un soporte (disco, cinta) y, que, por lo tanto, se podía alterar. Es una excepción la música que se graba sin un tratamiento posterior. Históricamente, los aparatos para reproducir música fueron sustituyendo los instrumentos en las casas así como los discos a los grupos musicales, en las estaciones de radio. Son muchos los fenómenos que derivaron de estos cambios. Por ejemplo, la costumbre de oír música con un buen equipo de sonido, e incluso reunirse para ello. Si no fue el primero, David Mancuso ha quedado en la memoria como el pionero de los DJ, porque a principios de los años 70 organizó en su departamento en Broadway fiestas privadas para escuchar música de su colección de discos. Pronto se hizo popular entre la comunidad gay y afroamericana como “The Loft”, el antecedente de las discotecas: locales para escuchar música grabada, la cultura de la droga, y paulatinamente los ambientes industriales. A su vez, el circuito de la música había sido: Cuba, Nueva Orleans, Nueva York; pero al comenzar la industria de la música electrónica, se desplazó a Jamaica y a las ciudades industriales como Detroit y Chicago. Se abandonó el mambo y la salsa, para adoptar como uno de sus beats fundamentales el “dub” jamaiquino, experimentación del reggae. La ausencia de “intérpretes” hizo que el protagonismo de esta música recayera en el DJ. Pero era necesario que el público no se amontonara sobre la tornamesa, así que fue surgiendo la figura del MC (“maestro de ceremonias”), encargado de llamar la atención hacia la pista de baile. Estos elementos (DJ, MC y baile, a los que se les suma la cultura del grafiti), permitieron el hip-hop. Los fenómenos son incontables, pero puede destacarse la tendencia de la música electrónica europea en quitar de la música electrónica los elementos negros. Uno aprendía a escuchar, además de la música: el soporte. Los viejos discos de 78 y 33 1/3 rpm se revelan por el ruido de la aguja sobre su superficie; y las cintas, por las ediciones que los productores hacían para insertar ruidos. En el caso de la música electrónica, es posible “oír el soporte” en las producciones del grupo alemán Oval, que se distingue por aprovechar el sonido de los CD dañados para crear música. Este libro reúne los principales aspectos de la música electrónica del siglo XX, y cada uno de ellos me parece abismal. Rastrear un solo tema requiere una discoteca y una narrativa especializada y apasionante. Basta con pensar un solo tema: la historia de los bajos a lo largo de la producción de la música electrónica.

 

Javier Blánquez y Omar León (eds.). Loops 1Una historia de la música electrónica (2002), 1ª reimp. Barcelona, Reservoir, 2022.

No hay comentarios:

Publicar un comentario