viernes, 11 de marzo de 2022

La forma inicial. Conversaciones en Princeton, de Ricardo Piglia



 

Ricardo Piglia (1941-2017) fue considerado siempre un gran conversador, lo que trajo como consecuencia que varias de sus entrevistas fueran reunidas en forma de libro. No todas son amenas y algunas son sólo entretenidas para aquellos que demuestran alto rendimiento para las reuniones académicas. A sorbos, según mi parecer, resultan más beneficiosas. Siempre he tenido curiosidad por sus ideas en torno a la literatura y a sus intereses como pensador. Con frecuencia me digo que necesito saber de él más que frases que se citan en otros textos. Y ya que he tomado todo el día café y le he puesto bolsitas de todo tipo de sustitutos, mis metáforas únicamente revuelven una cucharadita de algo con un chorrito de algo más. Lo que significa que las ideas de Piglia me resultan como una bolsita que se le echa a la literatura para que sepa mejor, pero unas cuantas cucharaditas o sólo un chorrito. Puesto que sus ideas sirven para, a su vez, extraer algo de la experiencia estética que se pueda compartir. En el fondo se trata de mezclar la literatura con la sociedad. Básicamente, la literatura, en un diálogo en el cual los demás elementos tienen cierta independencia. Lo que le interesa es hablar de literatura, pero de literatura en su relación con otras experiencias. Cada lector sabrá a lo que le sabe este libro. Yo lo recorro pensando en las pasiones de Piglia: la novela policiaca, el consumo de arte, el guion cinematográfico, Onetti, etc. Por ejemplo, la famosa entrevista que se le hizo en Princeton (1998) tiene elementos que se pueden reconsiderar. Él hablaba de la novela como un género que había sido desbancado por el cine. De algún modo, se supone que vivimos en una sociedad que consume narrativas. Piensa que la novela vivió su época de oro en el siglo XIX gracias a su popularidad, y que los escritores han tenido que ir al cine porque este género ha instalado un tipo de narración entre la sociedad. Puesto que tengo que confesar que no he visto series, el desarrollo de esta idea de narrativa le corresponde a otra persona. Aunque es evidente que cada vez más los libros tienen cintillas que indican que inspiraron o que fueron inspirados por series. Considera también que la novela ha perdido popularidad, aspecto en el que no creo, puesto que la ésta tendría que ser considerada el género literario más popular. Quizá es que los géneros van y vienen como olas, los sentimos periódicamente cercanos y lejanos. Algunos han desaparecido para siempre, pero no los extrañamos en absoluto, como los sermones religiosos. Pero es que tal vez la novela ha tenido una relación compleja con los medios audiovisuales. Después de tantos debates infructuosos deberíamos de concluir que ella ha sobrevivido y que el debate tendría que ir por otros caminos. Aunque Piglia termina su reflexión con cierto conservadurismo: si todos se van al cine a ver la película de la novela de moda, los modernos Proust y Joyce se quedan solos para crear en libertad.

 

Ricardo Piglia. La forma inicial. Conversaciones en Princeton, ed. Arcadio Díaz Quiñones y Paul Fibras. México, Sexto Piso, 2015.

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